¿Cuántas veces nos hemos sentido inútiles para ciertas tareas? Muchas veces organizar adecuadamente la alimentación, por ejemplo, suele ser una pesadilla para la cual nos creemos inútiles. Pero nadie es perfecto; y en esas imperfecciones reside el maravilloso valor de cada ser humano, con sus virtudes y defectos, pero cada uno es único e irremplazable, y todos tenemos un lugar reservado. Sólo hay que saber aprovecharlo.
El ejemplo de la vasija agrietada es uno de los más claros al respecto:
Hace mucho tiempo...
Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros.Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón.Cuando llegaba, la vasija rota sólo contenía la mitad del agua. Por dos años completos esto fue así diariamente.Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, perfecta para los fines para la cual fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer.Después de dos años le habló al aguador diciéndole:
"Estoy avergonzada de mi misma y me quiero disculpar contigo..." ¿por qué? le preguntó el aguador. -Porque debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga. Debido a mis grietas, sólo obtienes la mitad del valor de lo que deberías.El aguador se sintió muy apesadumbrado por la vasija y con gran compasión le dijo: "Cuando regresemos a la casa del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.Así lo hizo y en efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final sólo llevaba la mitad de su carga.El aguador le dijo: ¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?, siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado.Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Sin ser exactamente como eres, él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa.
Moraleja:
Sepamos aprovechar nuestras virtudes y nuestros defectos para crecer y ser cada vez mejores.
domingo, 15 de marzo de 2009
domingo, 8 de marzo de 2009
EL REY Y SUS CUATRO ESPOSAS.
Había una vez un rey que tenía cuatro esposas.
Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás. La vestía con las mejores y más elegantes vestimentas, la alimentaba con los más exquisitos manjares y la cuidadaba con esmero. Sólo le daba lo mejor.
También amaba mucho a su tercera esposa; era tan encantadora y agradable...
Sin embargo, tenía miedo de que ella algún día se fuera con otro.
Así mismo quería muchísimo a su segunda esposa.
Cada vez que el rey tenía un problema, duda o necesitaba alguna cosa, acudía y confiaba en ella.
La primera esposa era una compañera muy leal.
Pero el monarca no la amaba; sentía cariño por ella y a pesar de que ella le daba todo su amor, él apenas se fijaba.
Un día el rey enfermó y al comprender que le quedaba poco tiempo se dijo:
“Ahora tengo cuatro esposas conmigo, pero cuando muera, estaré solo!”.
Entonces llamó a la cuarta y le pregunto:
“A tí te he amado más que a ninguna. ¿estarías dispuesta a seguirme y a ser mi compañía?”.
¡Ni pensarlo!. Contestó la cuarta esposa y se fue sin decir más palabras.
El rey se entristeció mucho, pero en un nuevo intento, llamó a la tercera y le pregunto:
“Te he amado toda mi vida. ¿estarías dispuesta a seguirme y a ser mi compañía?”.
¡No!. Contestó la tercera esposa; ¡La vida es demasiado buena y no renunciaré a ella por tí!.
El rey se sintió muy desamparado, pero sin perder la esperanza, llamó a la segunda y volvió a preguntar:
“Te he querido mucho y siempre que he necesitado tu ayuda has estado ahí para mí. ¿estarías dispuesta a seguirme y a ser mi compañía?”.
¡Lo siento, pero no puedo ayudarte esta vez!. Contestó la segunda esposa. ¡Lo único que puedo hacer hacer por tí es enterrarte!.
El rey se sintió muy debil e indefenso, pero de pronto escuchó una suave voz que decía:
Te seguiré a dónde tú vayas y nunca te dejaré!.
El rey miró a un rincón y allí estaba su primera esposa. Eran tan pequeña...casi insignificante.
Muy afectado, el monarca exclamó:
“Debí haberte cuidado mejor cuando tuve la oportunidad. Perdóname!”.
Moraleja:
EN REALIDAD TODOS TENEMOS CUATRO ESPOSAS EN NUESTRA VIDA:
Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invitarmos en hacerlo lucir.
Nos dejará cuando muramos.
Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza.
Cuando muramos irán a parar a otras manos.
Nuestra segunda esposa es la familia y los amigos.
No importa el gran apoyo y amistad que nos dieron. Al morir sólo podrán acompañarnos hasta el sepulcro.
Y la primera esposa es nuestra ALMA. Ella sí que nos acompañará...hasta que se la entreguemos a DIOS.
Por eso, CUÍDALA, FOTALÉCELA Y CULTÍVALA AHORA.
¡HAZLA BRILLAR!.
Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás. La vestía con las mejores y más elegantes vestimentas, la alimentaba con los más exquisitos manjares y la cuidadaba con esmero. Sólo le daba lo mejor.
También amaba mucho a su tercera esposa; era tan encantadora y agradable...
Sin embargo, tenía miedo de que ella algún día se fuera con otro.
Así mismo quería muchísimo a su segunda esposa.
Cada vez que el rey tenía un problema, duda o necesitaba alguna cosa, acudía y confiaba en ella.
La primera esposa era una compañera muy leal.
Pero el monarca no la amaba; sentía cariño por ella y a pesar de que ella le daba todo su amor, él apenas se fijaba.
Un día el rey enfermó y al comprender que le quedaba poco tiempo se dijo:
“Ahora tengo cuatro esposas conmigo, pero cuando muera, estaré solo!”.
Entonces llamó a la cuarta y le pregunto:
“A tí te he amado más que a ninguna. ¿estarías dispuesta a seguirme y a ser mi compañía?”.
¡Ni pensarlo!. Contestó la cuarta esposa y se fue sin decir más palabras.
El rey se entristeció mucho, pero en un nuevo intento, llamó a la tercera y le pregunto:
“Te he amado toda mi vida. ¿estarías dispuesta a seguirme y a ser mi compañía?”.
¡No!. Contestó la tercera esposa; ¡La vida es demasiado buena y no renunciaré a ella por tí!.
El rey se sintió muy desamparado, pero sin perder la esperanza, llamó a la segunda y volvió a preguntar:
“Te he querido mucho y siempre que he necesitado tu ayuda has estado ahí para mí. ¿estarías dispuesta a seguirme y a ser mi compañía?”.
¡Lo siento, pero no puedo ayudarte esta vez!. Contestó la segunda esposa. ¡Lo único que puedo hacer hacer por tí es enterrarte!.
El rey se sintió muy debil e indefenso, pero de pronto escuchó una suave voz que decía:
Te seguiré a dónde tú vayas y nunca te dejaré!.
El rey miró a un rincón y allí estaba su primera esposa. Eran tan pequeña...casi insignificante.
Muy afectado, el monarca exclamó:
“Debí haberte cuidado mejor cuando tuve la oportunidad. Perdóname!”.
Moraleja:
EN REALIDAD TODOS TENEMOS CUATRO ESPOSAS EN NUESTRA VIDA:
Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invitarmos en hacerlo lucir.
Nos dejará cuando muramos.
Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza.
Cuando muramos irán a parar a otras manos.
Nuestra segunda esposa es la familia y los amigos.
No importa el gran apoyo y amistad que nos dieron. Al morir sólo podrán acompañarnos hasta el sepulcro.
Y la primera esposa es nuestra ALMA. Ella sí que nos acompañará...hasta que se la entreguemos a DIOS.
Por eso, CUÍDALA, FOTALÉCELA Y CULTÍVALA AHORA.
¡HAZLA BRILLAR!.
sábado, 28 de febrero de 2009
VIVE COMO CREAS QUE ES MEJOR.
Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro.
Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: “Mirad ese chico mal educado... él arriba del burro y los pobres padres, ya mayores, llevándolo de las riendas”.
Entonces, la mujer le dijo a su esposo: “No permitamos que la gente hable mal del niño”. El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: “Mirad qué sinvergüenza ese tipo...deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima”.
Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: “¡Pobre hombre!. Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! y pobre hijo ¡qué le espera con esa madre!”.
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al cuarto pueblo, escucharon que los pobladores decían: “¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!...”
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes: “¡Mirad a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos!”.
Moraleja:
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres a alguien a quien le conformen tus actitudes.
Entonces: ¡Vive como creas!, haz lo que te dicte el corazón. . . ¡lo que sientas!.
La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...
Por eso: Canta, ríe, baila, ama... ¡y vive intensamente cada momento de tu vida...! ...antes que el telón baje... y la obra termine sin aplausos.
Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: “Mirad ese chico mal educado... él arriba del burro y los pobres padres, ya mayores, llevándolo de las riendas”.
Entonces, la mujer le dijo a su esposo: “No permitamos que la gente hable mal del niño”. El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: “Mirad qué sinvergüenza ese tipo...deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima”.
Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: “¡Pobre hombre!. Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! y pobre hijo ¡qué le espera con esa madre!”.
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al cuarto pueblo, escucharon que los pobladores decían: “¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!...”
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes: “¡Mirad a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos!”.
Moraleja:
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres a alguien a quien le conformen tus actitudes.
Entonces: ¡Vive como creas!, haz lo que te dicte el corazón. . . ¡lo que sientas!.
La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...
Por eso: Canta, ríe, baila, ama... ¡y vive intensamente cada momento de tu vida...! ...antes que el telón baje... y la obra termine sin aplausos.
domingo, 22 de febrero de 2009
¿Piedras o diamantes?.
Un hombre caminaba pensativo por la playa en una noche de luna llena.
Todo lo que rondaba en su cabeza era:
"Si tuviera un coche nuevo, sería feliz. Si tuviera una casa grande, sería feliz. Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz. Si tuviera una mujer perfecta, sería feliz..."
De repente tropezó con una bolsita llena de piedras. La tomó y al rato comenzó a arrojar las piedritas una por una al mar, repitiendo en voz baja: "
"Si tuviera un coche nuevo, sería feliz. Si tuviera una casa grande, sería feliz. Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz. Si tuviera una mujer perfecta, sería feliz..."
Así lo hizo hasta que solamente quedó una piedrita en la bolsa. Decidió guardarla.
Al llegar a su casa descubrió con sorpresa que aquella piedrita era en realidad un diamante muy valioso.
¿Te imaginas cuántos diamantes arrojó al mar sin detenerse a pensar?.
Así somos las personas: arrojamos nuestros preciosos tesoros por estar esperando lo que creemos perfecto, o soñando y deseando lo que no tenemos, sin darle valor a lo que sí tenemos cerca nuestro. Si miráramos a nuestro alrededor, deteniéndonos a observar, percibiríamos lo afortunados que somos.
Muy cerca nuestro está la verdadera felicidad.
Moraleja:
Cada piedrita debe ser observada, ya que puede ser un diamante muy valioso.
Cada uno de nuestros días puede ser considerado un diamante precioso, único e insustituible.
Depende de cada uno aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para jamás recuperarlo.
¿Y tú como estás lanzando tus piedritas? No olvides que algunas piedras que arrojes sin pensar pueden ser amores, amigos, trabajo, e incluso tus mismos sueños.
Todo lo que rondaba en su cabeza era:
"Si tuviera un coche nuevo, sería feliz. Si tuviera una casa grande, sería feliz. Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz. Si tuviera una mujer perfecta, sería feliz..."
De repente tropezó con una bolsita llena de piedras. La tomó y al rato comenzó a arrojar las piedritas una por una al mar, repitiendo en voz baja: "
"Si tuviera un coche nuevo, sería feliz. Si tuviera una casa grande, sería feliz. Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz. Si tuviera una mujer perfecta, sería feliz..."
Así lo hizo hasta que solamente quedó una piedrita en la bolsa. Decidió guardarla.
Al llegar a su casa descubrió con sorpresa que aquella piedrita era en realidad un diamante muy valioso.
¿Te imaginas cuántos diamantes arrojó al mar sin detenerse a pensar?.
Así somos las personas: arrojamos nuestros preciosos tesoros por estar esperando lo que creemos perfecto, o soñando y deseando lo que no tenemos, sin darle valor a lo que sí tenemos cerca nuestro. Si miráramos a nuestro alrededor, deteniéndonos a observar, percibiríamos lo afortunados que somos.
Muy cerca nuestro está la verdadera felicidad.
Moraleja:
Cada piedrita debe ser observada, ya que puede ser un diamante muy valioso.
Cada uno de nuestros días puede ser considerado un diamante precioso, único e insustituible.
Depende de cada uno aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para jamás recuperarlo.
¿Y tú como estás lanzando tus piedritas? No olvides que algunas piedras que arrojes sin pensar pueden ser amores, amigos, trabajo, e incluso tus mismos sueños.
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